Fitóftora
Se la conoce también como “enfermedad de los setos” porque lo más frecuente es que afecte a los setos, aunque también afecta a árboles como cedros, cipreses o tejos. Sus síntomas son que las hojas se marchitan y se vuelven amarillas y después marrones, lo que hace que el árbol se muera por pudrirse tanto raíces como cuello. Esta enfermedad aparece cuando se riega de forma excesiva o si hay mal drenaje, lo que provoca que las raíces se asfixien. No hay un producto químico que sea totalmente eficaz pero sí puede intentarse con pulverizaciones en cuello y raíces unas 4 veces al año.
Hongo de la miel
Es muy frecuente tanto en árboles como en arbustos, coníferas y trepadoras. Es difícil identificarlo ya que sus síntomas son similares a cuando hay sequía, daños por obras, aceites, combustibles o exceso de productos fitosanitarios. El árbol empieza a marchitarse como si no tuviera agua y termina secándose, además de que se pudren el cuello y las raíces. Cuando aparece hay que desinfectar el suelo varias veces, aunque eso no asegura que puedas salvarlo, así que hay que procurar que el ejemplar esté siempre bien cuidado y drenado para que no se encharque.
Oidio
También conocida como “cenizo”, es una enfermedad producida por diversos hongos, y algunos árboles son más propensos que otros a padecerla. Aparece un polvillo gris o blanco en las hojas que va haciendo que las partes enfermas se sequen y se caigan. Es un hongo que se ve favorecido por zonas húmedas y temperaturas muy suaves, especialmente en primavera. Se puede tratar con fungicidas de contacto que penetren en la hoja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario